Los egresados de la Maestría en Educación para la Ciudadanía, serán capaces de:
Conocimientos
• Analizar situaciones sociales problemáticas del entorno local, regional y global, identificando el conflicto como un fenómeno inherente a las relaciones sociales y la complejidad de las mismas.
• Comprender el concepto, fundamento y características de los derechos humanos.
• Reconocer a la democracia no sólo cómo régimen o ideal político, sino como una serie de principios y valores de la vida cotidiana, ubicando a la educación y a la participación ciudadana como garante de una sociedad democrática.
• Comprender el papel de la mediación pedagógico-didáctica en el fomento de conocimientos, valores y actitudes de ciudadanos, identificando el sentido de las principales estrategias para la intervención en diversos contextos.
Habilidades
• Diseñar situaciones didácticas en torno a problemática sociales acordes al nivel de desarrollo y contexto del estudiante, pero sin perder la complejidad de las mismas.
• Mediar de manera asertiva en los momentos de conflictos que se generan en la convivencia cotidiana y lleve a sus educandos a comprender el conflicto, reconocer sus causas y dinámicas, y poner en acción estrategias racionales e intencionales para su solución, tales como el diálogo y la negociación.
• Buscar, diseñar, probar y evaluar estrategias metodológicas que posibiliten el aprendizaje de los estudiantes en el campo de la formación ciudadana.
Actitudes
• Mostrar sensibilidad para implicarse en la reflexión y solución de problemáticas sociales, desde la acción fundada en el conocimiento científico en relación a lo social.
Valores
• Reconocer a la dignidad humana como principio para tomar decisiones con base en la igualdad, respeto, aceptación y aprecio de las personas para evitar cualquier forma de discriminación o intolerancia.
• Apreciar, asumir y promover los valores para una convivencia democrática: libertad, Justicia, legalidad, igualdad, equidad, respeto, tolerancia, solidaridad y aprecio por la diversidad y riqueza cultural y natural de cada sociedad y a nivel global.
• Asumir una actitud de búsqueda e innovación en su práctica educativa, teniendo como constante la reflexión sobre su acción y la apertura para identificar debilidades y fortalezas, que le permitan ser un buen formador.